Hoy
en el día del ángel de guarda, luego de hacer todos mis deberes tanto en mi
hogar como en mi trabajo, decidí orar junto con mi ángel de la guarda a Dios
para agradecerle por su presencia a mi lado, lo hice desde el fondo de mi
corazón puesto que amo a mi ángel, hemos pasado y compartido muchos momentos
juntos y para mi es alguien súper importante en mi vida, así que sentí que no había
nada mejor que agradecer a Dios por él.
Luego
de esto me senté hablar con mi “Julián” para decirle desde lo más profundo de
mi, lo mucho que lo amaba y lo agradecida que estaba con el, ahí estaban los
ojos más azules mirándome fijamente, alto como es el, rodeado de una hermosa
luz, que parece que las estrellas mismas se hubieran fundido en él, y con su
dulce sonrisa que tanto lo caracteriza, me tomo de las manos mientras lágrimas
de amor y gratitud caían por mi rostro, es algo que me suele pasar muy a menudo
cuando conecto con mi corazón.
Después
de que termine de expresarle todo mi amor y gratitud, se quedó por u nos
segundos en silencio, mirándome fijamente, luego se acercó me dio un beso en la
frente y me abrazo, fue un abrazo largo y amoroso y durante ese abrazo me dijo
lo siguiente:
“Desde que eras muy
pequeña siempre abrace tu alma contra mi pecho, rodeándote con toda mi energía de
amor, nunca te abandone a pesar que al principio yo era invisible para ti, no
me rendí a pesar de los errores que cometiste, porque conocía tu corazón,
porque eres una hija de Dios, sabía que si mi corazón oraba lo suficiente y me
acercaba a ti, tú de algún modo sabrías que estaba ahí, hasta que aquel día
decidiste conocerme, Gracias a ti por no rendirte, por hacerme parte de tu
vida, por compartir lo que con tanto amor yo te he enseñado, gracias porque
abriste las puertas de tu corazón a Nuestro Señor, gracias por permitirme ser
tu Ángel Guardián, mi querida y amada niña.”
Mientras
mi ángel me decía estas palabras, mi llanto aumento puesto que las sentí en mi
corazón, más un hermoso e inmenso amor me rodeo completamente, si era el amor
de mi ángel, y solo pensé, “gracias Dios
por tan hermoso regalo, gracias.” Luego Julián me volvió a tomar de las
manos, esta vez me fije en ellas y vi que tenía una pulsera igual a la mía,
aquella que hice en honor a él, pero la de él no tenía el llamador de ángel, me imagine que es
porque no lo necesito para llamarlo, ya lo uso como un símbolo de que el está
conmigo.
Igualmente
le pregunte por ella y el me respondió con una gran sonrisa, “Es una pulsera de la amistad verdad?, como
no voy a tenerla si somos los mejores amigos, puede que no me la hayas dado físicamente,
pero tu corazón la elaboro con todo su amor para mí, solo se necesita una
intención sincera de corazón para que esta pueda tomar cuerpo en el plano que
me encuentro, gracias mi niña”
Luego
de esas palabras volví a la normalidad por llamarlo de alguna manera, volví a
verme en mi casa, aun con cosas por hacer, pero fue un bellísimo momento entre
mi ángel y yo.
De
nuevo a todos los ángeles un feliz día, que Dios los bendiga, y que sigan
haciendo tan maravillosa labor.
Ingrid Alegría