Para mi todas las tardes es
reglamentario mis 2 horas de oración, meditación, santo rosario y la coronilla
de la divina misericordia a las 3 de la tarde, que porque lo hago?, solo se que
lo necesito, pues siento paz y que en ese momento puedo conectar con mi familia
espiritual como yo la llamo. Es el momento de conversar con los ángeles, Dios,
y mi mamita María como le digo a Nuestra Señora La Virgen María.
Para los que me conocen, sabrán
que he tenido experiencias Marianas, que son las que infundido en mi, ese amor
tan especial por hacer el rosario a diario y formar el grupo de oración que
trato de difundir.
Pues hoy mientras hacia el
rosario y luego de haberle contado mis penas, alegrías, metas y sueños a mi
familia, paso algo particular, vi a Jesús viniendo sobre el mar y decirme
quieres acompañarme a lo que acepte feliz, a lo lejos se veía María esperándonos,
me dio una alegría muy muy grande al verla, siempre tan sencilla y bella a la
vez subí a aquella barca, sentí en mi corazón algo tan grande que solo pensé en
arrodillarme ante ellos, solo podía pensar que no era digna, a lo que mi madre
me dijo, de verdad quieres tomar el camino de servir? Era algo de lo que yo le había
comentando en mi dialogo, pues me encanta ayudar, amo a los ángeles, amo a Dios
y a ella, y es mi deseo vivir para y de ello, cuando ella me hizo esa pregunta
solo pude decir si, a pesar de que he en ocasiones he dudado, pero en mi
corazón sentí la certeza, ella me dijo, la vida de servir en ocasiones te pondrá
duras pruebas y tu dulce corazón en ocasiones sufrirá, y solo dije a eso vine
madre mía y si es la voluntad de mi padre, lo acepto con amor y mi amor por
ustedes nunca se apagará, he te de trabajar junto a mis hermanos los ángeles
para llevar una palabra de amor y aliento a quienes lo busquen y necesiten.
Luego de eso, me volví a ver en mi sala, con la cara cubierta en lagrimas, pues
es algo tan hermoso, un amor que sientes en el corazón que no puedes soportar y
tiene que salir por algún lado.
Seguí orando con mis ojos
cerrados el santo rosario y la volví a ver, esta vez suspendida en el aire con
un manto azul como el de Guadalupe, pero el manto no tenia fin, ella brillaba
yo la mire con esos ojos de amor que solo una madre puede tener por sus hijos y
sus ultimas palabras que me dijo fueron “ Enséñales el amor de mi hijo”
mientras me sonreía a lo único que pude decir te lo prometo madre mía, volvió a
sonreír y se desvaneció y vino a mi mente una pulsera que acabe de hacer, una
sensación de hazla ya mismo con lo que tienes en casa, corrí hacerla y decidí
llamarla, “por el amor de Jesús”
Como siempre me gusta compartir
mis experiencias con ustedes, para que se den cuenta, Dios no esta lejos de
nosotros, ni los ángeles, ni nuestra madre divina, solo debemos tener nuestro
corazón dispuesto y ofrecerlo al amor por nuestro prójimo, pues el amor tiene
un poder sorprendente, o no lo demostró nuestro señor Jesucristo al morir por
nosotros.
Los quiero mucho…que Dios los
bendiga y su vida este llena de amor día con día. Nunca te olvides de agradecer
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