Esta
semana estuve muy ocupada, cada dia me alegra saber que los angelitos traen mas
personas para ayudar, y eso me alegra, porque no hay nada mejor que trabajar en
lo que mas te gusta, porque puede que
sientas cansancio en tu cuerpo, pero has quedado con la satisfacción de haber
hecho algo bien.
Hoy
decidí descansar un poquito y dedicarme a escribir para compartir un poco de lo
que me sucedió el sábado durante el curso de certificación de consejero
angélico, durante la clase hay un momento de una meditación para que la persona
conozca a su ángel guardián y lo escuche, siempre me gusta colocar un poco de
incienso y música suave, ese día decidí llevar la caja de los incienso de los 7
arcángeles, así que le pregunte a los Ángeles cual de los 7 inciensos debía
usar, abrí la caja y la de color blanco fue la que me llamo la atención, así
que sin dudarla saque el incienso de San Gabriel Arcángel, así que pensé para mi “espero que San Gabriel Arcángel ayude a
tener una mejor comunicación”.
Cuando
de pronto comencé a sentir la presencia de un ángel, a lo que luego me di
cuenta que no era la energía de un ángel si no un arcángel y era Gabriel, no
demoro en dejarse ver, en medio del salón, el estudiante no se percato porque
estaba tomando notas de la presentación.
Cuando
lo vi lucia de cabello rubio largo, me extrañe porque en otra ocasión lo había
visto con el cabello corto, así que parpadee de nuevo a ver si era mi
imaginación pero no ahí seguía y el me afirmaba que lo era. El traía una hostia en la mano y me dijo lo
siguiente
“El cuerpo de Dios nunca será negado al
que lo busque de corazón, recuerda eso”
Luego
le pregunte que porque estaba ahí, y el me respondió que el podía ayudarle
aquella persona que quería aprender a trabajar con ellos y dijo:
“El corazón es la clave querida niña,
solo así el podrá sentirnos y escucharnos, ahí se volteo y miro a mi alumno y
dijo ¿Quieres creer?
La puerta de entrada al mundo de los
ángeles a Dios padre esta en ustedes, en su corazón, solo debes quitar todo lo
que no deja encontrar la cerradura, como son las rabias, rencores, tristezas
pasadas, etc. Solo así podrás abrir esa puerta”
Cuando
el me decía estas palabras vino a mi una visión, era una habitación abarrotada
de cosas viejas, parecido a un cuarto de san alejo o de objetos viejos y se
veía una puerta cerrada pero que había luz detrás de ella que se salía por las
hendiduras de la puerta, solo que como habían tantas cosas en esa habitación
era difícil encontrar la cerradura.
Luego
de ello Gabriel me dijo que le compartiera el mensaje a mi alumno y le hiciera
saber que si era su deseo el podría ser su guía en su proceso de aprendizaje.
El
arcángel Gabriel estuvo gran parte de la clase, yo podía verlo y me daba una
gran felicidad, luego que se concluyo la clase desapareció.
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